 Jim Henson y el artista conceptual Brian Froud compartían limusina de camino al estreno de Cristal oscuro, allá por el año 1982. Por el camino hablaron de una futura colaboración conjunta. Por aquel entonces una de las hijas de Henson estudiaba mitología en Harvard y le había contado a su padre unos cuentos tradicionales indios, y este se los soltó a Froud, quién no tuvo reparos en mostrar su indiferencia por ellos. Dijo que a él le gustaba más la mitología europea y que le apetecía hacer una historia sobre goblins. Ya en su casa, Froud se puso manos a la obra para crear una pintura que hoy en día se conoce como Toby and Goblins. En ella aparece un bebé sonriente rodeado de goblins a cada cual más feo. Esta imagen bastó para seducir a Henson y durante los tres años siguientes el trabajo que se materializó en la película Dentro del laberinto respetó las bases impuestas por esta obra.
Esta es una de las muchas anécdotas que forman parte del ensayo Dentro del laberinto. Aproximación al clásico de Jim Henson que ya está a la venta en tapa dura, tapa blanda y pdf. Si te interesa el tema, no te lo pierdas. ¡Ni te imaginas lo que da de si este peliculón ochentero!
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 Fracaso de taquilla.
Película de culto. Menos infantil de lo que te parece. Más profunda de lo que crees. Dentro del Laberinto es un film raro: una película infantil oscura, semimusical con partituras glam-rock que combina El mago de Oz con los cuentos de Maurice Sendak en una historia interpretada por un David Bowie pelucado que marca paquete rodeado de marionetas y cartón piedra. Por si fuera poco, su personaje se quiere ligar a una quinceañera a base de hacer malabarismos con bolas de cristal y narcóticos. Con esta obra Jim nos dejó un testamento cuyo interés ha crecido con el paso de los años; uno de los últimos grandes films de entretenimiento de la era predigital (la antepenúltima sería La historia interminable). Algo así como el ocaso de una era irrepetible, aquella en la que las películas estaban totalmente hechas de elementos tangibles y cuya contemplación era casi táctil; la era de producciones que podían durar cinco o seis años, de los decorados reales, del carácter físico de criaturas y demás elementos fantásticos; y en la que parte se guardaba en almacenes y el resto se destruía. Aunque fue un fracaso de taquilla y de crítica, Dentro del Laberinto se ha convertido en una auténtica película de culto. Este libro es un homenaje no oficial a un film único. Aquí, además de contar innumerables anécdotas del proceso de producción, rodaje y posproducción, se profundiza en la rica y compleja simbología que impregna cada rincón del Laberinto y cada poro de protagonistas e antagonistas. Nos congratulamos de publicar el primer ensayo en castellano sobre este peliculón, con una parte de making off, con muchas anécdotas y curiosidades, y con un profundo análisis de su compleja simbología. 150 páginas con más de 130 fotografías y dibujos en una cuidada edición. ¡Después de leer esta Aproximación al clásico de Jim Henson serás aún más fan de la película! Adquiere esta obra en tapa dura, tapa blanda o pdf aquí.  Atreverse con Conan son palabras mayores, pero hacerlo transportándolo a una dimensión espacial y, además, hacerlo combatir un alienígena con aspecto de Cthulhu ya es de una valentía mayúscula.
Pues un español lo ha hecho: Jorge J. Alonso. Ha escrito un puñado de guiones de historias cortas originales (¡y cómo de originales!) de Conan y también las ha dibujado y entintado, aunque el color es de José González. El planteamiento inicial de Alonso es el siguiente: el continente hiborio se ha convertido en la galaxia hiboria y lo que eran los reinos ahora son planetas. Conan viaja por el espacio de planeta en planeta y vive aventuras extrapoladas al espacio junto a Bêlit. El álbum contiene cuatro historias cortas en las que predomina la acción y el cruce de universos con el de los mitos de Lovecraft. Todo ello sin prejuicios pero con conocimiento y respeto por las obras originales tanto de Howard como del de Providence. Alonso realiza una obra ecléctica que se tiene que leer en clave desenfadada, con homenajes a las décadas de los setenta y ochenta, en los que existió una edad dorada de la ciencia ficción al estilo de Cimoc, Metal Hurlant y 1984. La portada misma contiene a Conan y a Bêlit, a Cthulhu y también a Star Wars ya que es una reinterpretación de uno de los pósteres originales más recordados. Quién espere algo del estilo de Sangre bárbara, quedará desconcertado; pero si uno se acerca a este cómic con ganas de aventuras trepidantes y locas (como lo he hecho yo), sin duda disfrutará a lo grande. La edición de SoldeSol es una de las mejores tapas duras que he encontrado últimamente, con letras en relieve y papel de altísima calidad. Así dan gusto las autoediciones. Eso sí, me ha costado lo suyo hacerme con un ejemplar. ¡Un saludo cimmerio! |
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